Fuente: Diario HOY
Por Roque Espinosa
Publicado el 6 de Abril de 1999
Quito. 6 abr 99. El incremento del costo de la
vida en cerca de un 14% en marzo, demuestra que la
hiperinflación si bien ha sido controlada momentáneamente
debido a la contracción de la masa de dinero en circulación,
se ha producido por una caída acentuada del valor adquisitivo
del sucre y, como consecuencia, una desvalorización de la
moneda con relación al dólar. Aunque en lo sucesivo se puede
pensar que el incremento del índice mensual de precios sea
menor que el observado parece evidente que, a fines de año, se
tendrá una inflación muy superior a la del año anterior, aún
si se toma en cuenta una contracción general de la demanda
interna por causa de la recesión de la economía.
Para los pequeños depositantes esto significa que el dinero
que recibirán cuando se produzca el descongelamiento, tendrá
un valor real (puesto que el interés que percibirán por sus
ahorros será negativo) mucho menor al que tenían al momento de
producirse el "feriado bancario". Obviamente, ni el Gobierno
ni peor los banqueros causantes directos de la crisis
financiera, van a asumir este costo social. En otros términos,
los costos de la crisis económica financiera se va a trasladar
(como ha sucedió hasta este momento) a la gran masa de la
población, con la consiguiente disminución de la calidad de
vida y el incremento espectacular de la pobreza.
Pero si los pequeños depositantes van a ser uno de los
sectores afectados, de hecho, las clases medias y los
burócratas "dados de baja" que invirtieron en "papeles" (pólizas de acumulación, por ejemplo) parece que serán los más
duramente golpeados. Esto último porque la depreciación
generalizada de los "papeles del Estado" que seguramente se va
a producir en este año va a obligar a los bancos a recibirlos
con una tasa muy alta de descuento, el momento que se produzca
el canje. Al final, se puede prever que los "rentistas" recibirán muchos menos sucres que los que nominalmente podían
esperar. Todo lo cual, va a repercutir negativamente en sus
condiciones de vida.
De otra parte, los grupos de clases medias que, para
precautelar sus intereses, se cambiaron a la "línea dólares" y
realizaron inversiones a plazo (fondos de inversión, por
ejemplo) también serán muy golpeados. Esto último porque no
está claro si sus depósitos les serán entregados en la misma
moneda, dado el deterioro general de la economía. Además, en
caso de que esta última posibilidad (que, por el momento ha
sido descartada) se haga realidad, tampoco se puede prever a
qué tipo de cotización se hará el cambio después de un año.
Conjuntamente con esta situación se debe tener en cuenta que el canje parcial de los ahorros por certificados de depósitos, no solamente ha incrementado la "oferta de títulos" en el mercado de valores, sino que ha obligado a los bancos a hacerlos efectivo a una onerosa tasa de descuento.
Los ahorristas han experimentando, pues, un deterioro de sus "asignaciones", que está marchando paralelamente con la concentración de certificados en manos del sector financiero.
Esto quiere decir que se está produciendo una transferencia
del ingreso de los depositantes al sistema financiero por
causa del congelamiento. En síntesis, la crisis está afectando
a la gran masa de la población y, especialmente, a los
sectores medios, y esta produciendo una concentración del
ingreso nacional en los bancos, en un momento en que la
paralización de los negocios y de los sectores productivos,
sumado al incremento del desempleo, es la tónica de la
economía. (DIARIO HOY) (P. 4-A)